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Relato Travesti Kenia en Buenos Aires lo mejor de los dos mundos


RELATO TRAVESTI: Kenia en Buenos Aires lo mejor de los dos mundos
Esto que me pasó y fue hace unos 5 años, actualmente tengo 30 años.
Me llamo Gabriel y vivo en Buenos Aires.
En uno de esos momentos de soledad y hojeando el periódico, vi un anuncio en el que se ofrecían masajes, pero uno en especial me llamó la atención, porque decía conocer lo mejor de los dos mundos, sin nada que hacer me (atrevía) atreví a marcar y pedir información, del otro lado de la línea se oyó una voz femenina pero medio ronquilla, que me llamó la atención.

¿Bueno quien habla?, me preguntó. Aquí Gabriel y ¿allá quién? Kenia ¿en qué puedo ayudarte? Ya armado de valor pregunté que buscaba un servicio, y que me atrajo lo que había visto en el anuncio, ella me preguntó: que era lo que me llamaba la atención del anuncio a lo cual respondí que en especial a la frase de lo mejor de dos mundos, ella soltó la carcajada lo me dio mucho gusto oír alguien que no buscaba solo llegar a un trato mercantil si no que existía un ser humano en el otro lado de la línea, Me dijo:

Mira no sé si me estás tomando el pelo o no pero suenas decente, me refiero en que soy muy femenina y no he perdido aquello que tú tienes, hizo una pausa y después me dijo, pero que me haría vibrar y sentir lo que era una mujer, en ese momento confirmé lo que pensaba era un travesti.
Tomé mi tiempo y le seguí preguntando y más que nada aclarando mis dudas, le comenté que nunca había estado con una persona como ella pero que reamente me atraía la idea de ello, pero que no sé si me atrevería, ella dueña de la situación me dijo que nos viéramos y que platicáramos, si no me parecía solo me cobraba lo del taxi, y que no habría ningún problema, no sé cómo me arme de valor y le dije que adelante, pero que no sabía dónde podíamos vernos, ella sugirió un hotel el cual no conocía pero el rumbo que me describió era bueno por lo cual accedí, solo me pidió que al llegar le hablara para confirmar la habitación y saber que no me había acobardado en el trayecto, por lo cual quedamos de hablarnos en una hora.

Al colgar el teléfono me quise arrepentir pero la verdad ella me había sonado muy honesta en sus palabras también, me arme de valor y salí rumbo al hotel acordado el cual quedaba cerca de donde yo vivía, me registré e informé que vendría una señorita a visitarme.

Al llegar a la habitación, muy padre por cierto, la llamé y me contestó. Bueno habla Kenia, me identifiqué y me dijo, no creí que me fueras a llamar pero la verdad va a valer la pena, dime tu número de habitación, te marco, corroboro tu habitación y salgo para allá en 20 minutos estoy contigo, te mando un beso y la verdad no te preocupes, yo le dije que de verdad era novato y que no me atrevería a hacer nada que no me gustara, ella solo se rio y me dijo: espera y veremos.

Me acomodé y prendí la tele, mientras pensaba en si la verdad no la había regado, pero dije es un buen hotel si no hay arreglo lo peor sería pagar la cuota, la tele estaba en un canal porno y de gays, la curiosidad me llevó a dejarlo y me puse a ver, de verdad pocas veces había visto a dos hombres entrelazados y me dije que yo no quería eso por lo cual me volvió a entrar la duda, pero me esperé.
La puerta sonó y tocando me dijo Gabriel soy Kenia, ábreme, la última duda, le abro o no, de donde saqué valor no lo sé pero abrí, y de verdad me quedé asombrado de lo que mis ojos veían, ahí estaba todo una mujer de cabello largo medio ondulado, tez blanca, de 1.65 mts, con lentes obscuros, un cuerpo que se veía sensacional, de pantalones entallados,
Con una blusa pegada al cuerpo donde veías que el cuerpo había sido cuidado y su cara era de ángel, de verdad una belleza, nunca pensarías que era un hombre. Me la quedé mirando y me preguntó, ¿no te gusta lo que ves?, solo acerté a decir que era mejor de lo que me había imaginado, me comentó entonces puedo pasar y platicamos, le dije adelante.

Por supuesto ella llevaba su bolsa, un caminar que enloquecería a cualquiera y sobretodo una seguridad que hacía sentirte seguro, paso y se sentó en la cama, me comentó que, que me parecía el lugar, que a ella siempre le había gustado y que muy limpio y muy seguro, yo no dejaba de mirarla solo veía lo bonita que era y buscaba como ver si era hombre, por supuesto se veía que llevaba tiempo en esto ya que su proceder era el de una mujer hecha y derecha.

Me dijo ahora si pregúntame y veamos que hacemos, yo solo pude decir que se veía espectacular y que me gustaría seguir adelante con esta situación, ella solo emitió una sonrisa y me pidió que me relajara se me acercó y empezó acariciarme el pecho sobre la camisa y me dio un beso, lo cual me sacó de onda, ya que nunca había besado a un hombre pero me gustó, primero solo piquetitos y después abriendo poco a poco sus labios pero sin nunca utilizar su lengua, yo me dejé llevar y comencé a utilizar las manos, ella me dijo, adelanta toca lo que quieras, tú pones la velocidad, ese comentario me encantó y dejó que fuera más adelante , para ese momento no tenía la imagen de un hombre vestido de mujer, sino de una mujer sensual y a la cual quería complacer.

Estábamos parados y me fue llevando poco a poco al borde de la cama, ella comenzó a desabotonar mi camisa y empezó a besar mi pecho y mis tetillas, como me gustó, sabía exactamente como y que intensidad, me dejé llevar, mientras que yo la empecé a tratar como una mujer ya sin tapujos la acariciaba y la besaba en el cuello y comencé a desabotonar su blusa, ella con sus movimientos me hacía el camino fácil , nos tendimos en la cama y las caricias seguían los besos, ese abrazo de cariño que te das con alguien con quien estás a gusto, esa forma de estar con una pareja y complementarte sin carreras y los dos jugando nuestro juego, pero yo me daba cuenta que ella tomaba el control de la situación.

La película seguía y me preguntó, ¿te gusta lo que ves en la tele?, y yo le contesté, no estoy preparado para eso que veo, ella solo me dijo,¿ y qué crees que puedas hacer conmigo?, a lo que le respondí, ser tu hombre y tú mi mujer, me volvió a sonreír y me dijo pues sigamos.

A esas alturas los dos nos acariciábamos como una pareja hetero pero la verdad yo tenía una mujer como nunca había tenido hasta ese momento, sabía dónde y cómo acariciar no ponía barreras y si me dejaba o me orientaba hacia donde debía ir y lo que debía hacer, le quité la blusa y el sostén, admiraba sus pechos, realmente bonitos, acariciables, y sobretodo hermosos, ella mientras tanto ya me había quitado la camisa y empezaba con el pantalón, mi paquete estaba a todo lo que daba, se dio cuenta y me dijo, sin prisas que tenemos tiempo, no quiero que termines sino hasta que los dos lo queramos hacer, ¿te parece? me preguntó, yo le dije que sí.

Venía la parte difícil que era estar los dos sin la ropa que para mí era lo más importante no sabía si debería de continuar, ya había llegado hasta donde no me había imaginado, pero ya no le hacía caso a la cabeza si no al instinto al deseo, ella tenía una tanga pequeña y no le notaba nada fuera de lo normal, por mi parte estaba que estallaba, pero ella mantenía el control, me quitó el bóxer y empezó a acariciar mi pene, que delicia, yo cerraba los ojos y me dejé llevar, me besaba el cuello y comenzó a bajar hasta llegar a ese punto donde o paraba o le seguía, la verdad ya no podía, ella llegó y metió aquello que había jurado nunca un hombre lo haría, y lo besó y lo chupó y se lo metió hasta el fondo, yo me contorsionaba de placer, era la gloria, me dejé, hizo lo que quiso conmigo pero la verdad no me arrepentía, estaba en la gloria.

Notó ella que estaba por terminar y solo bajó la intensidad y tomó mis manos y las llevó a sus nalgas, tenía una piel suave bien cuidada no notabas más que una hembra hermosa y sexy yo le acariciaba todo lo que quería, hasta que llego a su paquete, yo inconscientemente lo toqué y entre en la realidad, tenía un miembro de buenas características digamos 19 cm de grueso, y si lo toqué primero con reserva y con prudencia y con cierto temor, nunca lo había hecho pero estaba en el momento que aunque consciente de lo que hacía corría la cortesía de alguien que me estaba dando un placer indescriptible.

Ella solo me pidió que fuera cariñoso y que lo tocara como si fuera el mío, y así lo hice ella seguía en su labor y era una diosa para ello, yo poco a poco la acariciaba y tocaba eso que no me atrevía y que la verdad me gustó, era una sensación diferente y veía que ella lo gozaba, me pidió que yo hiciera lo mismo, yo quería que no me pidiera eso que era mi primer vez que no sabría hacer, solo me dijo prueba y yo te digo , se volteó y nos pusimos en el 69, ella me daba una mamada fenomenal y me acercaba su miembro.

Yo lo sentía que quería entrar a mi boca pero había un cierto rechazo para hacerlo, ella en un trabajo de primera me hizo sentir y vibrar y yo fui cediendo le daba un beso lo rozaba con mis labios, y ella tomó su miembro y lo puso en la entrada, empujaba y empecé abrir mi boca, no lo metió de un jalón pero iba ganado terreno y entrando en ella, en menos de un minuto ya la tenía dentro y yo la chupaba, primero con reserva y después con muchas ganas, ahí solo me comentó, cuidado con los dientes, mete los labios en medio y gózalo, y si lo estaba gozando y yo estaba en lo mío y ella en lo suyo, mi cuerpo era un volcán con mil ganas de hacer de todo, mi imaginación volaba, yo no creía lo que hacía pero lo estaba haciendo y no solo eso estaba feliz con una verga adentro de mi boca y sin ganas que saliera de ella, la forma en que lo hacía ella era única pero notó que estaba por perder.

Ella dejó lo que hacía y esperó a que yo siguiera con lo mío, yo no entendía pero si sabía que lo que estaba haciendo me gustaba por lo que yo seguí haciendo lo que no imaginé hacer, pero era algo muy padre y de mi agrado, comenzó a acelerar ella el paso del meter y sacar y se veía que algo estaba haciendo yo bien ya que salían gemidos y palabras como, vas bien, sin miedo, así se hace, para mí eso me daba confianza que lo estaba haciendo bien.

En un momento dejó de acelerar y la sacó un poco contra mi voluntad pero acepté yo no sabía ni lo que pasaba, se volteó y me dijo, creo que llegó el momento de que me hagas tuya, yo dije adelante, si esto va a ser como hasta ahora, esto es lo que quiero, me preguntó, ¿quieres alguna posición en especial o como yo lo quiero?, le dije mi reina tú mandas yo obedezco, a lo cual ella me lo agradeció con un beso de antología, se subió sobre mí y agarró mi verga y la introdujo en su culito, me pidió que no la embistiera y ella se la fue metiendo poco a poco, para ese momento yo solo buscaba que fuera mía y así fue, empezó a cabalgarme despacio y a incrementar la velocidad hasta que realmente ella perdió el control, yo ya no podía y empecé a venirme con una fuerza y en una cantidad, que pocas veces en mi vida había podido, ella bajó la intensidad solo se recargó en mi pecho y se abandonó un buen tiempo, yo no lo creí había hecho más de lo que me imaginé y con cero arrepentimiento, la abracé, la besé y la dejé arriba de mí, ella solo se deslizó a un lado mío y me dio un abrazo cariñoso, noté que le había gustado.

Diez minutos después ella me preguntó si lo volvería hacer, yo solo le dije que con ella siempre que había sido la experiencia más increíble que me mantendría en contacto.

A partir de esa fecha la seguí viendo y cada encuentro aprendí de él lo que es ser una ella, y les puedo decir que a veces comparo y podría decir que ella es una dama que te hace ver lo mejor de los dos mundos.

Esta es mi historia espero les haya gustado


Added on May 17, 2019 at 12:00 am

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