RELATO TRAVESTI: Malene Turati, una delicia de mujer en Logroño
Autor : Luis Arm
Malene Turati, una delicia de mujer en Logroño
Acabo de ver que hay una votación para travesti del mes y una de las candidatas es Malene Turati. La vedad es que no soy muy dado a escribir pero hacía tiempo que pensé en hacerlo para contar mi experiencia con Malene. Ahí va. En un viaje de trabajo tuve la oportunidad y el auténtico placer de estar hace bastantes meses con Malene en Logroño. Cuando la llamé le dije por teléfono que me gustaba ser pasivo. Me recibió enfundada en unas botas de cuero negro hasta más arriba de las rodillas y un bikini de vinilo ó charol negro, no recuerdo, que realzaban su estilizada figura. Me dijo que me desnudara y que le fuera contando lo que quería. Sólo farfullé alguna idea como ser pasivo, ser sumiso, y que ella tomara la iniciativa, algo poco definido. Me respondió que quizás lo que yo quería entonces era ser su novia ó incluso su puta. Tras decir eso me miró fijamente y esbozó una sonrisa como invitándome a confirmar sus palabras. La contemplación de esta hermosa mujer, su actitud y sus palabras, me habían subyugado por completo. De repente sus palabras se habían transformado en mi más ferviente deseo. Ansiaba ser tratado por ella como su puta particular y someterme a sus caprichos.
Se colocó de pie delante de mí y acarició mis pezones con sus dedos, pasando poco a poco de la caricia a la presión y al mismo tiempo al estiramiento progresivo, de forma que si sus dedos inicialmente presionaban y retorcían todo el pezón, paulatinamente iban desplazándose hasta quedarse sólo con la puntita trabajando con ella con una parsimonia y maestría para mí desconocida hasta entonces. Me estaba poniendo a cien y eso le estaba resultando evidente a ella observando la reacción de mi polla ante sus manipulaciones. Me preguntó si me gustaba y le dije que me encantaba. Te encanta sentirte mía, verdad? - respondió- pues ahora vas a tener que darme gusto a mí si quieres que vuelva a trabajar con tus pezones. Dicho esto se sentó en el cabecero de la cama con las piernas abiertas y semiflexionadas. Ahora vete subiendo, dijo, y besando mis piernas, desde la punta de mis botas, alternando una y otra. Me puse en el hueco que dejaban sus piernas abiertas y fui besando punta, tacones y botas, una y otra y subiendo poco a poco hacia donde estaba deseando llegar lo antes posible. Una vez superadas las botas pasé a sus muslos desnudos cuyo contacto suave y caliente incrementaba, y de qué forma, mi deseo. Colocado entre sus piernas llegué a su tanga, eso será luego, me dijo, ahora sigue desde la tripa hacia arriba. Me apliqué en su tripa, torso y tetas, aunque no se quitó el sujetador y pasé al cuello y de allí a su boca. Tras un par de morreos se quitó el sujetador y llevó mi cabeza a sus tetas desnudas. Ahí me mantuvo un tiempo hasta que me levantó la cabeza, me miró y me dijo, ahora baja a donde querías. Adonde ella sabía que yo quería me encaminé. Su tanga estaba ya bastante abultado y me lancé sin recato a chupar, besar y comer todo aquello que quedaba oculto por el vinilo. Quítamelo, dijo refiriéndose al tanga, chupa todo y hazla crecer, y cuando estés deseando que te la meta me lo pedirás, me dirás, quiero tu polla, métemela toda, y entonces serás mía del todo. Yo, sin dudarlo y con un calentón superlativo por sus palabras, me dirigí a la zona deseada. Empecé por la zona de la entrepierna, los huevos, que besé, chupé y metí en la boca saboreándolos, así me gusta puta, chupa bien mis huevos, me decía, y acabé, como ella ordenaba, con lo que debía hacer crecer. Ella seguía en la misma posición de forma que yo tenía mi cabeza entre sus piernas. Algo que me puso más cachondo, si cabe, fue que de vez en cuando ella iba cerrando sus piernas, juntándolas y presionando entre ellas mi cabeza, una especie de face-sitting pero al revés, conmigo encima, mientras yo me aplicaba en lo más profundo de la mamada. No tardó mucho en comenzar a, mientras seguíamos en esa jugada, estimular de nuevo con sus manos mis pezones. Yo estaba cada vez más excitado y dispuesto a decirle que deseaba ser suyo ya, cuando me dijo ella que íbamos a cambiar de posición, que quería metérmela en lo más profundo de mi garganta. Me tumbé, como me dijo, boca arriba, con un cojín bajo mi cabeza, y ella se colocó en cuclillas ó de rodillas, no sé, mirando hacia mis pies, prácticamente con su culo sobre mi cabeza, metiéndome la polla en mi boca y colocándose en una posición en la que efectivamente una vez vencidas las primeras náuseas y al relajarme, sentía su miembro en mi garganta con una sensación auténtica de ser follado. Acompañó esto nuevamente con la estimulación de mis pezones y finalmente con un 69, que, definitivamente me hizo rogarle que me follara el culo, que quería ser suyo del todo.
Me dijo que quería que yo estuviera debajo ya que esa es la posición natural de una mujer y que ella quería convertirme en su puta. Además estaba sorprendida por mi gran reactividad a los estímulos sobre mis pezones y así los tenía más a mano. Incluso llegó a decirme que, con el tiempo ella conseguiría que eyaculara solo trabajando mis pezones. Dicho y hecho, sólo puedo decir que fue una follada deliciosa. Malene la tiene de buen tamaño, aunque no excesivamente gorda y la maneja con suma habilidad. Trabajó mis pezones mientras me follaba y en algún momento mi excitación fue tal que pensé que era posible lo de eyacular solo sintiendo su polla dentro de mí y sus dedos sobre mis pezones. Finalmente hubo de ayudarme agarrando mi instrumento lo que me produjo una de las corridas más placenteras que yo recuerde. Después de esto, se recostó junto a mí, pegando su cuerpo al mío, con una actitud de lo más dulce, hablamos, en fín, una delicia de mujer.
Sin duda alguna, una de mis mejores experiencias, con toda una mujer, Malene, tierna, cariñosa, que capta perfectamente lo que te excita y a la que he insistido en que nos visite a los madrileños, aunque solo sea unos días. Estoy seguro de que tendría numerosos admiradores.¡ Malene, estás muy lejos, ven a Madrid, por favor!
Un besazo, Malene.
Malene Turati, una delicia de mujer en Logroño
Acabo de ver que hay una votación para travesti del mes y una de las candidatas es Malene Turati. La vedad es que no soy muy dado a escribir pero hacía tiempo que pensé en hacerlo para contar mi experiencia con Malene. Ahí va. En un viaje de trabajo tuve la oportunidad y el auténtico placer de estar hace bastantes meses con Malene en Logroño. Cuando la llamé le dije por teléfono que me gustaba ser pasivo. Me recibió enfundada en unas botas de cuero negro hasta más arriba de las rodillas y un bikini de vinilo ó charol negro, no recuerdo, que realzaban su estilizada figura. Me dijo que me desnudara y que le fuera contando lo que quería. Sólo farfullé alguna idea como ser pasivo, ser sumiso, y que ella tomara la iniciativa, algo poco definido. Me respondió que quizás lo que yo quería entonces era ser su novia ó incluso su puta. Tras decir eso me miró fijamente y esbozó una sonrisa como invitándome a confirmar sus palabras. La contemplación de esta hermosa mujer, su actitud y sus palabras, me habían subyugado por completo. De repente sus palabras se habían transformado en mi más ferviente deseo. Ansiaba ser tratado por ella como su puta particular y someterme a sus caprichos.
Se colocó de pie delante de mí y acarició mis pezones con sus dedos, pasando poco a poco de la caricia a la presión y al mismo tiempo al estiramiento progresivo, de forma que si sus dedos inicialmente presionaban y retorcían todo el pezón, paulatinamente iban desplazándose hasta quedarse sólo con la puntita trabajando con ella con una parsimonia y maestría para mí desconocida hasta entonces. Me estaba poniendo a cien y eso le estaba resultando evidente a ella observando la reacción de mi polla ante sus manipulaciones. Me preguntó si me gustaba y le dije que me encantaba. Te encanta sentirte mía, verdad? - respondió- pues ahora vas a tener que darme gusto a mí si quieres que vuelva a trabajar con tus pezones. Dicho esto se sentó en el cabecero de la cama con las piernas abiertas y semiflexionadas. Ahora vete subiendo, dijo, y besando mis piernas, desde la punta de mis botas, alternando una y otra. Me puse en el hueco que dejaban sus piernas abiertas y fui besando punta, tacones y botas, una y otra y subiendo poco a poco hacia donde estaba deseando llegar lo antes posible. Una vez superadas las botas pasé a sus muslos desnudos cuyo contacto suave y caliente incrementaba, y de qué forma, mi deseo. Colocado entre sus piernas llegué a su tanga, eso será luego, me dijo, ahora sigue desde la tripa hacia arriba. Me apliqué en su tripa, torso y tetas, aunque no se quitó el sujetador y pasé al cuello y de allí a su boca. Tras un par de morreos se quitó el sujetador y llevó mi cabeza a sus tetas desnudas. Ahí me mantuvo un tiempo hasta que me levantó la cabeza, me miró y me dijo, ahora baja a donde querías. Adonde ella sabía que yo quería me encaminé. Su tanga estaba ya bastante abultado y me lancé sin recato a chupar, besar y comer todo aquello que quedaba oculto por el vinilo. Quítamelo, dijo refiriéndose al tanga, chupa todo y hazla crecer, y cuando estés deseando que te la meta me lo pedirás, me dirás, quiero tu polla, métemela toda, y entonces serás mía del todo. Yo, sin dudarlo y con un calentón superlativo por sus palabras, me dirigí a la zona deseada. Empecé por la zona de la entrepierna, los huevos, que besé, chupé y metí en la boca saboreándolos, así me gusta puta, chupa bien mis huevos, me decía, y acabé, como ella ordenaba, con lo que debía hacer crecer. Ella seguía en la misma posición de forma que yo tenía mi cabeza entre sus piernas. Algo que me puso más cachondo, si cabe, fue que de vez en cuando ella iba cerrando sus piernas, juntándolas y presionando entre ellas mi cabeza, una especie de face-sitting pero al revés, conmigo encima, mientras yo me aplicaba en lo más profundo de la mamada. No tardó mucho en comenzar a, mientras seguíamos en esa jugada, estimular de nuevo con sus manos mis pezones. Yo estaba cada vez más excitado y dispuesto a decirle que deseaba ser suyo ya, cuando me dijo ella que íbamos a cambiar de posición, que quería metérmela en lo más profundo de mi garganta. Me tumbé, como me dijo, boca arriba, con un cojín bajo mi cabeza, y ella se colocó en cuclillas ó de rodillas, no sé, mirando hacia mis pies, prácticamente con su culo sobre mi cabeza, metiéndome la polla en mi boca y colocándose en una posición en la que efectivamente una vez vencidas las primeras náuseas y al relajarme, sentía su miembro en mi garganta con una sensación auténtica de ser follado. Acompañó esto nuevamente con la estimulación de mis pezones y finalmente con un 69, que, definitivamente me hizo rogarle que me follara el culo, que quería ser suyo del todo.
Me dijo que quería que yo estuviera debajo ya que esa es la posición natural de una mujer y que ella quería convertirme en su puta. Además estaba sorprendida por mi gran reactividad a los estímulos sobre mis pezones y así los tenía más a mano. Incluso llegó a decirme que, con el tiempo ella conseguiría que eyaculara solo trabajando mis pezones. Dicho y hecho, sólo puedo decir que fue una follada deliciosa. Malene la tiene de buen tamaño, aunque no excesivamente gorda y la maneja con suma habilidad. Trabajó mis pezones mientras me follaba y en algún momento mi excitación fue tal que pensé que era posible lo de eyacular solo sintiendo su polla dentro de mí y sus dedos sobre mis pezones. Finalmente hubo de ayudarme agarrando mi instrumento lo que me produjo una de las corridas más placenteras que yo recuerde. Después de esto, se recostó junto a mí, pegando su cuerpo al mío, con una actitud de lo más dulce, hablamos, en fín, una delicia de mujer.
Sin duda alguna, una de mis mejores experiencias, con toda una mujer, Malene, tierna, cariñosa, que capta perfectamente lo que te excita y a la que he insistido en que nos visite a los madrileños, aunque solo sea unos días. Estoy seguro de que tendría numerosos admiradores.¡ Malene, estás muy lejos, ven a Madrid, por favor!
Un besazo, Malene.
Added on April 28, 2015 at 12:00 am