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Relato Travesti Byanca Carvalho - Lluvia dorada con Byanca Carvalho


RELATO TRAVESTI: Byanca Carvalho - Lluvia dorada con Byanca Carvalho

Autor: Edipus

Hola a todos.
Hace bastante tiempo que no colgaba ningún relato. El motivo es que no he tenido muchas experiencias con trannies en el último año y no han sido demasiado memorables. Sin embargo, después de haber pasado una excitante sesión con Byanca Carvalho, creo que ha llegado el momento de ponerme al teclado para narrar mi experiencia.
Yo había leído varios relatos realmente salvajes de Byanca que me dieron mucha envidia, de modo que cuando leí en el foro que iba a venir a Bilbao decidí aprovechar la oportunidad de conocerla.
Le envié un mail privado a través del foro de Taiaka, preguntándole cuánto costaría una hora de dominación con corrida y lluvia dorada, a lo que ella me respondió en menos de veinticuatro horas.
El lunes la llamé y, en cuanto le dije mi nombre, se acordó de mi mail. ¡Menuda memoria! Acordamos la cita para una hora después y yo me dirigí a su piso un poco nervioso. Yo, hasta entonces, sólo había hecho un poco de dominación suave, pero nunca dominación en serio ni lluvia dorada y Byanca parecía ser una fiera.
Ella me esperaba detrás de la puerta y me saludó con un cariñoso beso. Me encantó lo que vi.
Llevaba el mismo tipo de ropa que en las fotos: botas y medias negras, un corpiño de cuero y unos guantes oscuros. Ella es como en las fotos: mona de cara, piernas fabulosas y un culo imponente.
La única pega es que aún no se ha operado de las tetas y sólo está hormonada, pero es una cuestión de gustos y me dijo que tenía planeado operárselos el próximo año.
Byanca me llevó a su habitación, provista de baño. Me sorprendió el buen gusto y estado del piso, porque algunos de otras trannies presentan un estado un poco cochambroso, pero el de ella estaba muy bien.
Acordamos hora y media y nos pusimos a la faena.
Aquí hubo un pequeño problema, que se solucionó gracias a la paciencia y simpatía de Byanca.
Yo había dicho que quería una sesión de dominación, pero comprendí mal lo que esto significaba. En cuanto ella me daba alguna orden, yo proponía otra cosa. A los cinco minutos ella, un poco confusa, paró y me preguntó qué quería realmente.
- Cariño, si quieres dominación, desde el momento que entras en la habitación yo mando y tú obedeces. ¿Es eso lo que quieres? - me preguntó.
Cuando le expliqué que quería que me escupiera y me humillara verbalmente, dejándome un poco de iniciativa, ella me dijo que eso no era verdadera dominación sino un juego erótico con un poco de dominación.
Una vez aclaradas las cosas, volvimos a empezar. Yo me puse de rodillas y se la empecé a chupar, mientras ella me escupía en la cara y me llamaba su puta. Yo me puse a cien en apenas un minuto.
- ¿Te gusta ser mi puta? - me preguntaba en tono dominante.
- Sí. Me encanta - le respondía yo, encantado de la vida.
Su enorme polla se puso dura en mi boca en cuestión de medio minuto. Ella me agarró la cabeza y hundió su polla hasta lo más profundo de mi garganta. Yo me atragantaba y a veces incluso sentía alguna arcada, pero me lo estaba pasando de fábula.
A lo largo de un buen rato le comí la polla, el culo y todo lo que pude. Ella no paraba de escupirme en la cara ni de insultarme.
Ella intentó follarme, pero su polla fue demasiado para mi culo y tuve que desistir.
Menos mal que ella fue compasiva, de lo contrario no habría podido sentarme en una temporada.
Byanca, después de hacerme una mamada y de un 69, me propuso ir al baño. ¡Por fin llegó el momento de la lluvia dorada! Era mi primera lluvia dorada y yo estaba a cien. Me metí en la bañera y me puse de rodillas. Ella, con su verga dura como un mástil, se colocó de pie en equilibrio sobre los bordes de la bañera frente a mí. Yo se la chupé un rato hasta que ella me preguntó con su voz de ama.
- ¿Estás preparada, puta?
- Sí - respondí anhelante.
Ella me soltó un primer chorro a mi cara. Yo, con la boca abierta, saboreé los primeros efluvios de su meada caliente y después dejé que resbalara por mi cara.
- ¿Te gusta, zorra?
- Genial.
La sensación era aún mejor de lo que me esperaba. Sentir su meada caliente en mi boca y sobre mi cara me puso la polla bien dura.
Byanca soltó un segundo chorro directamente a mi boca. Yo dejé que me la llenara y a continuación dejé que la meada me cayera sobre el cuerpo, tras saborear un poco. Cuando terminó, le hice una buena mamada durante un rato después de la meada. Aquella polla era tan grande que apenas me entraba en la boca.
Ella, a continuación, empezó a pajearse. Cuando ya estaba a punto de correrse, con una mano me agarró de la cabeza y me obligó a meterme su polla en la boca sin compasión.
- Vamos, puta, traga - me ordenó.
Ella dio un gemido cuando se corrió en mi boca. Yo, pajeándome con fuerza, me corrí poco después con su polla en mi boca. Jamás había vivido nada semejante y me lo pasé genial.
Me duché y volví con Byanca. Aún quedaba aproximadamente una hora y ambos seguíamos cachondos. Le chupé el culo, ella volvió a escupirme en la cara, yo me tumbé y ella me ordenó pajearme delante de ella, a esto siguió otro 69. También dedicamos un rato a charlar un poco de todo. Un rato después, ella me propuso otra lluvia dorada, lo cual acepté encantado.
Byanca volvió a mearse en mi cara y yo casi me morí de gusto.
Un rato después me marché completamente satisfecho y relajado, con ganas de volver a tener otra sesión de sexo salvaje y humillación con Byanca. Estoy deseando que vuelva a mearse en mi cara y a correrse en mi boca mientras me trata como a su putita particular.
El único inconveniente es no poder ir a verla todos los días. Byanca es realmente peligrosa porque crea adicción a ella.


Added on April 27, 2016 at 12:00 am

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