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Relato Travesti Gabriela Sargentelly - Todo lo que se diga de ella es poco


RELATO TRAVESTI: Gabriela Sargentelly - Todo lo que se diga de ella es poco
Autor: iniziado

De esta experiencia hace ya tiempo, pero recuerdo todo perfectamente.

Mucho se ha hablado de Gabriela Sargentelly, casi todo bueno, y con razón. Yo me decidí una tarde a visitarla, la llamé cuando estaba por las inmediaciones de su piso y me dijo: Llámame en 5 minutos. Así lo hice y subí con el corazón latiéndome salvajemente por la excitación. Me recibió como es costumbre en ella, se abre la puerta de su piso (no es agencia) y cuando se cierra, allí está ella, alta, sonriente, dulce, empalmada. Un beso, un saludo y empecé a besarla bajando despacio, le hice una mamada en su recibidor, lo que me excitó aún más si es posible. Pactamos media hora, pero a esta mujer el tiempo no le importa mucho...

Me cogió de la mano y me llevó a su cama, allí me desnudé sin dejar de mirar su erección, sentado en la cama se la volví a mamar, tiene una polla respetable, yo estoy acostumbrado a los grandes calibres y no me asustaba, pero en la boca era difícil llevársela hasta dentro del todo por la curvatura y sobre todo por lo dura, rígida, que estaba. Su cálido acento brasileño me lo anunció al oido: "Ahora te voy a follar"... me puse a cuatro patas y me preparé para la embestida, le pedí que no usara lubricante y cuando se calzó la goma yo mismo unté su glande plastificado con saliva. No nos costó mucho la penetración y aunque al principio empezamos despacio pronto comprobamos que aquello iba muy pero que muy bien y el ritmo se hizo más vivo. Yo gemía enloquecido y ella sonreía, seguía diciendome cosas, cómo sabía que me encendía todo aquello! Cuando notábamos que su polla entraba y salía de mi ano sin ningún esfuerzo parábamos un poco, yo se la mamaba un poco (sé que a algunos no les gusta y yo también prefiero mamarla sin goma, pero con goma también me da morbo) cambiábamos de postura y continuábamos otro rato, aquello fue larguísimo, fue la vez que me penetraron durante más tiempo... Gabriela quería que me corriese y me ayudaba con la mano, también yo me masturbaba mientras la sentía entrando y saliendo de mí. Pero me di cuenta de que iba a ser inútil, me había masturbado por la mañana y para correrme tendría que tirarme allí la noche entera. Se lo dije, y tras un rato paramos para otra cosa...

Gabriela me dejó unos minutos para irse al baño y cuando llegó tenía la polla recién lavada. Su intención era clara: Iba a seguir follándome pero ahora por la boca. Yo, claro está, no sólo no protesté sino que me entusiasmé. Le pregunté si tenía popper, algo muy raro en mí es que no se lo pidiera también mientras me follaba, pero luego me alegré de haberme reservado para el sutil momento de la mamada. Como decía antes, su polla tiene cierta curvatura y pese a haberme estado taladrando durante treinta o cuarenta minutos, seguía igual de dura que al principio, pero yo estaba tan excitado que entraba en mi boca hasta mi garganta sin problema ninguno. Asi estuvimos un buen rato también, yo esnifando popper de vez en cuando, sintiendo esa oleada de adrenalina en vena mientras su glande me dejaba sin respiración, sin parar de masturbarme, cuando de repente se abrieron las puertas del cielo: Me dijo con su aterciopelada voz: "Quieres que me corra?" yo le contesté que sí en un delirio de éxtasis, y le pedí que me llenara la boca. Me puse de rodillas ante ella, abrazado a sus piernas, su polla rozando mis labios mientras se masturbaba... cuando sus gemidos anunciaban el torrente aspiré de nuevo una bocanada honda de popper y abrí la boca, noté el primer chorro y engullí aquella maravillosa polla que se deshacía ahora para mí mientras los vapores inhalados hacían su efecto perverso y delicios. Se la mamé mientras se corría, notando cómo chorros de su esencia chocaban contra mi lengua y mi paladar. Sus gemidos se confundían con los míos, su corrida es larga y su leche espesa, y cuando por fin terminó abrí un poco los labios y salió toda su leche que se derramó por mi pecho. Sólo entonces sacó su rabo de mi boca.

Tras un momento de relax me trajo un poco de papel. Le dije que lamentaba no haberme corrido, que habría sido perfecto, le di las gracias por semejante regalo, que para nada esperaba, y me contestó que sí, que era una pena que yo no hubiera llegado al orgasmo, que ella no sentía haber hecho bien su trabajo por ese motivo, deduje ahí que ese sentido de la profesionalidad fue lo que la llevó a vaciarse en mi boca. Yo le expliqué las circunstancias y ella me dijo "está bien, pero cuando vuelvas tendrás que correrte dos veces". Antes de irme me besó en los labios y me dijo que cuando hubiera más confianza los besos serían mucho más intensos... así que está claro: ¡¡Tengo que volver!!


Added on November 29, 2016 at 12:00 am

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