RELATO TRAVESTI: Valeria Star, un cañón de tía. Centro de Palma de Mallorca
Autor: badmotor2008
Estaba en mi agenda. Hace un par de años vi sus anuncios por primera vez y aluciné con sus fotos. ¿Esta chica es de este planeta?... pensé entonces. Cuerpo con unas curvas de infarto. Su belleza latina es deslumbrante. Un espectáculo de chica. Además, es trans. Mejor que mejor. Solo había que esperar a que nuestros caminos se cruzaran.
Hace unos meses veo sus anuncios en mi zona. Primera vez que visita Mallorca. Contacto con ella para informarme. Escucho su voz y me gusta. Muy femenina. Amablemente, me explica sus servicios. A los días, vuelvo a marcar su número. Esta vez para quedar. Con dificultades, salta el contestador una y otra vez, logro citarme con ella. Final de la mañana de un jueves del pasado mayo (2016).
Una vez duchado y aseado, salgo hacia su zona. Atiende en un piso del centro de Palma en el que ya he estado. Salgo del ascensor y la puerta está abierta. Me saluda y nos damos dos besos. Me dice que vayamos al cuarto. Yo delante y ella tras de mí, guiándome. Entramos y cierra la puerta. “¿Cómo estás?”... me pregunta. “Un poco nervioso, la verdad”... respondo. “Estás tan buena que intimidas”... añado. Ella sonríe. Me salen estas palabras porque es la verdad. Lo que muestran sus fotos es lo que te encuentras. Una chica imponente. Es más bien bajita. Unos 165 cm que, con tacones, se transforman en 175-180 cm. Femenina a todos los niveles. Físico, gestos y voz. Su acento venezolano en su dulce voz, seduce. Intento calmarme. Frente a mí, todas sus curvas. Tetazas, cintura de avispa, caderas y culazo espectacular. Sus piernas, delgaditas. Sus manos, pequeñas. Uñas largas. Llamativa manicura con diseños diferentes en cada uno de sus dedos. Pelo suelto y liso, color castaño. Su rostro, pura belleza latina. Piel morena. Bonitos ojos oscuros. Boca grande, labios voluminosos y dientes perfectos. Vamos, un cañón. Me recibe con el traje rosa con rasgaduras de la foto que adjunto. Bien ajustado a sus curvas. Algunos de sus tatoos, a cual más sexy, quedan a la vista.
Valeria se tumba en la cama. Me quito los zapatos y me voy a su lado. Sigo alucinando con su belleza. Hablamos un rato. Me tantea haciéndome algunas preguntas. No es directa, lo hace con sutileza. Se muestra amable y cariñosa. Acaricia mi cuerpo al hablarme. Poco a poco, empieza a insinuarse. Se baja el vestido y muestra sus tetas. Enormes y esféricas. Sencillamente perfectas. Areola grande. No veo cicatriz por ningún lado. Debe haberla pero no se nota. “Quítate la ropa”... dice tocándose tetas y entrepierna. Me levanto como un resorte y lo hago. Regreso a la cama únicamente con el bóxer. Juntamos nuestros cuerpos y nos palpamos. Su piel, exquisita y suave. Su olor, delicioso. Nos besamos. No emplea su lengua pero juega con sus labios. Nos morreamos. Busco su cuello. Lamo y chupo. Pongo mis manos en sus tetas. Más blanditas al tacto de lo esperado. Manoseo pechos y pellizco pezones. Valeria parece disfrutar los preliminares. Meto mano a su enorme culazo. Inabarcable. No hay manera de hacerte con él. La mires por donde la mires, Valeria está buenísima. “¿Me das mi regalito?”... me dice.
Tras la breve pausa, los magreos suben de tono. Frota su cuerpo contra el mío. Con mucho vicio. Sus caricias en mi pecho se transforman en pellizcos. Mi erección se dispara y ella se da cuenta. Parece que me tantea. Valeria se coloca de espaldas a mí, exhibiendo culazo. Su visión trasera quita el hipo. Se echa hacia atrás hasta rozar con su culo mi paquete. Empieza a moverlo y restregarlo, notando el palpitar de mi polla. Agarro sus tetas con mis manos y junto bien nuestros cuerpos. Yo de rodillas y ella medio sentada sobre mis muslos. Sigue moviendo el culo poniéndome cada vez más caliente. Beso su cuello. Recorro su espalda con mi lengua.
“Quítate todo”... me dice. Abandono el bóxer. Valeria agarra mi polla con su mano. Agita mirándome fijamente. Estudia mis reacciones a sus actos. Dureza total. Se acomoda en el colchón y atrapa mi rabo entre sus labios. Se la traga sin dejar me mirarme a los ojos. Enseguida descubro su espectacular habilidad mamadora. Se la traga hasta el fondo. Succiona emitiendo sonidos al hacerlo. “Qué bueno”... digo mientras sigo alucinando. Tengo que estirar esto como sea, pienso para mí. “¿Quieres chuparme?”... pregunta entonces Valeria. “Me encantaría”... contesto. No tarda nada en quitarse el tanga. Al fin veo su herramienta, ya empalmada. Ninguna foto he localizado donde la enseñe. En erección, se curva un poco hacia abajo. La tiene bastante grande y es gruesa, ganando sección hacia su base. Me da morbo comprobar que la tiene tan dura como yo. Valeria se tumba invirtiendo nuestros cuerpos. Quiere que nos comamos mutuamente. De lado ambos, iniciamos un 69. Me la trago enterita, tratando de hacerlo tan bien como ella. Escucho sus gemidos mientras experimento el poder succionador que ejerce con sus labios. Al encontrarme yo también mamando, mi nivel de excitación se estabiliza. Buena señal. No quiero correrme ahí mismo. Veo que Valeria está limpia y perfectamente depilada. Me apetece comerme sus pelotas. Lo hago. Mientras tanto, masturbo. Me excita sentir su dureza entre mis manos. “¿Me dejas que te coma el culo?”... pregunto con ganas de exlorar. “Claro”... contesta ella. “¿Te gusta que te lo hagan?”... añado. “Por supuesto”... responde. Variamos ligeramente nuestras posiciones. Yo quedo tumbado boca arriba y Valeria encima de mí, ofreciendo su agujero para que juegue con él. Abro bien sus nalgas con mis manos y me pongo a trabajar. Busco su agujero con mi lengua y presiono. Quiero entrar y lo consigo. Ensalivo bien y disfruto el manjar. Sin esperarlo, siento sus lametones en mi culo. El 69 es ahora un beso negro mutuo. Sigo comiendo culo hasta que veo asomar su pollón bien duro entre sus piernas. No puedo evitar meterlo de nuevo en mi boca. Su curvita hacia abajo es perfecta en esta postura. Mientras chupo, Valeria introduce sus deditos en su culo. Primero uno, luego dos y después tres. Morbazo total. Alternamos beso negro y mamada sin ninguna prisa, disfrutando el momento. La visión de su culo es impresionante. No exagero. No he visto un culo como éste en mi vida. Un poco más arriba, sus mariposas tatuadas alrededor de su cinturita alegran mi vista.
Recuperamos el 69 de lado. Vuelvo a flipar con su manera de mamar. Sus labios hacen desaparecer mi polla por completo. Y no es pequeña. Hago lo mismo con la suya. La saco totalmente ensalivada y masturbo. Miro hacia abajo y disfruto viéndola devorar mi polla. Quiero follarme su boca. Sujeto su cabeza con mis manos y muevo mis caderas adelante y atrás. Su cara de vicio y su polla dura me dicen que está disfrutando. Me vengo arriba y me follo su boca con más fuerza. Volvemos a variar nuestras posiciones. Valeria me tumba boca arriba y se sienta en mi pecho. Me la enchufa y empieza a darme. Ahora es ella quien se crece. En esa postura, me toca abrir la boca y dejarme hacer. Me sorprende ver a Valeria con este ímpetu. Y me excita, también. Volvemos al 69 de lado. Estoy cada vez más caliente. Me follaría ese culazo ya, pero su mamada es demasiado buena para decirle que pare. Verla devorar mi polla mientras se pajea me pone a mil. Busco su agujerito con mis dedos. Los introduzco. Valeria gime con mi polla en su boca. De repente, siento mucho placer. Le pido que deje de mamar, pero es tarde. Empiezo a temblar y me corro sobre mi vientre. Valeria sujeta mi polla con su mano. La desliza por mi tronco extrayendo hasta la última gota. Me deja exhausto. Relajado y satisfecho. Ligeramente contrariado, también. Aunque suelo ser pasivo con las trans, Valeria despertó mi lado activo. Quería follarme su culazo pero su grandiosa mamada me ha desactivado. Tendrá que ser en otra ocasión. Sonriente, me acerca unas toallitas húmedas para que me limpie.
“¿Te gustan los masajes?”... me pregunta. “Claro. Me encantan”... respondo. Me tumbo boca abajo y me regala un masaje sin prisas. Se centra en mi espalda y mi culo. Lo hace bastante bien, empleando aceites. Me encanta sentir su cuerpo sobre el mío mientras se mueve. Su regalo me deja todavía más relajado. Cuando acaba, me doy la vuelta y seguimos charlando. Se muestra más abierta y me enseña algo de su persona. Al rato, me dice que nos pasamos de tiempo. Es cierto. Me ofrece ducha y acepto. Valeria me acompaña al baño, me da una toalla y se queda conmigo mientras me ducho. Seguimos conversando. Volvemos al cuarto y me visto. Mientras tanto, ella se peina para volver a estar ideal. Me acompaña a la puerta y nos despedimos con un pico.
Hay un detalle que quería destacar. Valeria mantuvo el móvil apagado durante la hora y pico que estuve con ella. Lo encendió cuando me acompañaba hasta la puerta. Unos días antes era yo quien estaba al otro lado. Llamaba y saltaba el contestador. Afortunadamente, insistí hasta lograr citarme con ella.
Conclusiones
Valeria es un monumento. Me encanta su belleza de piel morena y rasgos latinos. De verdad, es realmente difícil encontrarte ante un cuerpo como el suyo. Las experiencias que había leído sobre ella eran variadas. Lo que yo me encontré fue una chica espectacular en lo físico y muy cercana en el trato. Amable y simpática en todo momento. En el terreno sexual, morbosa y con ganas de complacer. Hubo química entre nosotros. Al menos, yo lo sentí así. En definitiva, Valeria me gustó mucho. Tanto, que intenté repetir a los cuatro días. Pero no fue posible. Era su última tarde en Mallorca y no tuvo un hueco para mí. Una lástima.
http://www.taiakashemales.com/modelos/espana/valeria7.shtml
Estaba en mi agenda. Hace un par de años vi sus anuncios por primera vez y aluciné con sus fotos. ¿Esta chica es de este planeta?... pensé entonces. Cuerpo con unas curvas de infarto. Su belleza latina es deslumbrante. Un espectáculo de chica. Además, es trans. Mejor que mejor. Solo había que esperar a que nuestros caminos se cruzaran.
Hace unos meses veo sus anuncios en mi zona. Primera vez que visita Mallorca. Contacto con ella para informarme. Escucho su voz y me gusta. Muy femenina. Amablemente, me explica sus servicios. A los días, vuelvo a marcar su número. Esta vez para quedar. Con dificultades, salta el contestador una y otra vez, logro citarme con ella. Final de la mañana de un jueves del pasado mayo (2016).
Una vez duchado y aseado, salgo hacia su zona. Atiende en un piso del centro de Palma en el que ya he estado. Salgo del ascensor y la puerta está abierta. Me saluda y nos damos dos besos. Me dice que vayamos al cuarto. Yo delante y ella tras de mí, guiándome. Entramos y cierra la puerta. “¿Cómo estás?”... me pregunta. “Un poco nervioso, la verdad”... respondo. “Estás tan buena que intimidas”... añado. Ella sonríe. Me salen estas palabras porque es la verdad. Lo que muestran sus fotos es lo que te encuentras. Una chica imponente. Es más bien bajita. Unos 165 cm que, con tacones, se transforman en 175-180 cm. Femenina a todos los niveles. Físico, gestos y voz. Su acento venezolano en su dulce voz, seduce. Intento calmarme. Frente a mí, todas sus curvas. Tetazas, cintura de avispa, caderas y culazo espectacular. Sus piernas, delgaditas. Sus manos, pequeñas. Uñas largas. Llamativa manicura con diseños diferentes en cada uno de sus dedos. Pelo suelto y liso, color castaño. Su rostro, pura belleza latina. Piel morena. Bonitos ojos oscuros. Boca grande, labios voluminosos y dientes perfectos. Vamos, un cañón. Me recibe con el traje rosa con rasgaduras de la foto que adjunto. Bien ajustado a sus curvas. Algunos de sus tatoos, a cual más sexy, quedan a la vista.
Valeria se tumba en la cama. Me quito los zapatos y me voy a su lado. Sigo alucinando con su belleza. Hablamos un rato. Me tantea haciéndome algunas preguntas. No es directa, lo hace con sutileza. Se muestra amable y cariñosa. Acaricia mi cuerpo al hablarme. Poco a poco, empieza a insinuarse. Se baja el vestido y muestra sus tetas. Enormes y esféricas. Sencillamente perfectas. Areola grande. No veo cicatriz por ningún lado. Debe haberla pero no se nota. “Quítate la ropa”... dice tocándose tetas y entrepierna. Me levanto como un resorte y lo hago. Regreso a la cama únicamente con el bóxer. Juntamos nuestros cuerpos y nos palpamos. Su piel, exquisita y suave. Su olor, delicioso. Nos besamos. No emplea su lengua pero juega con sus labios. Nos morreamos. Busco su cuello. Lamo y chupo. Pongo mis manos en sus tetas. Más blanditas al tacto de lo esperado. Manoseo pechos y pellizco pezones. Valeria parece disfrutar los preliminares. Meto mano a su enorme culazo. Inabarcable. No hay manera de hacerte con él. La mires por donde la mires, Valeria está buenísima. “¿Me das mi regalito?”... me dice.
Tras la breve pausa, los magreos suben de tono. Frota su cuerpo contra el mío. Con mucho vicio. Sus caricias en mi pecho se transforman en pellizcos. Mi erección se dispara y ella se da cuenta. Parece que me tantea. Valeria se coloca de espaldas a mí, exhibiendo culazo. Su visión trasera quita el hipo. Se echa hacia atrás hasta rozar con su culo mi paquete. Empieza a moverlo y restregarlo, notando el palpitar de mi polla. Agarro sus tetas con mis manos y junto bien nuestros cuerpos. Yo de rodillas y ella medio sentada sobre mis muslos. Sigue moviendo el culo poniéndome cada vez más caliente. Beso su cuello. Recorro su espalda con mi lengua.
“Quítate todo”... me dice. Abandono el bóxer. Valeria agarra mi polla con su mano. Agita mirándome fijamente. Estudia mis reacciones a sus actos. Dureza total. Se acomoda en el colchón y atrapa mi rabo entre sus labios. Se la traga sin dejar me mirarme a los ojos. Enseguida descubro su espectacular habilidad mamadora. Se la traga hasta el fondo. Succiona emitiendo sonidos al hacerlo. “Qué bueno”... digo mientras sigo alucinando. Tengo que estirar esto como sea, pienso para mí. “¿Quieres chuparme?”... pregunta entonces Valeria. “Me encantaría”... contesto. No tarda nada en quitarse el tanga. Al fin veo su herramienta, ya empalmada. Ninguna foto he localizado donde la enseñe. En erección, se curva un poco hacia abajo. La tiene bastante grande y es gruesa, ganando sección hacia su base. Me da morbo comprobar que la tiene tan dura como yo. Valeria se tumba invirtiendo nuestros cuerpos. Quiere que nos comamos mutuamente. De lado ambos, iniciamos un 69. Me la trago enterita, tratando de hacerlo tan bien como ella. Escucho sus gemidos mientras experimento el poder succionador que ejerce con sus labios. Al encontrarme yo también mamando, mi nivel de excitación se estabiliza. Buena señal. No quiero correrme ahí mismo. Veo que Valeria está limpia y perfectamente depilada. Me apetece comerme sus pelotas. Lo hago. Mientras tanto, masturbo. Me excita sentir su dureza entre mis manos. “¿Me dejas que te coma el culo?”... pregunto con ganas de exlorar. “Claro”... contesta ella. “¿Te gusta que te lo hagan?”... añado. “Por supuesto”... responde. Variamos ligeramente nuestras posiciones. Yo quedo tumbado boca arriba y Valeria encima de mí, ofreciendo su agujero para que juegue con él. Abro bien sus nalgas con mis manos y me pongo a trabajar. Busco su agujero con mi lengua y presiono. Quiero entrar y lo consigo. Ensalivo bien y disfruto el manjar. Sin esperarlo, siento sus lametones en mi culo. El 69 es ahora un beso negro mutuo. Sigo comiendo culo hasta que veo asomar su pollón bien duro entre sus piernas. No puedo evitar meterlo de nuevo en mi boca. Su curvita hacia abajo es perfecta en esta postura. Mientras chupo, Valeria introduce sus deditos en su culo. Primero uno, luego dos y después tres. Morbazo total. Alternamos beso negro y mamada sin ninguna prisa, disfrutando el momento. La visión de su culo es impresionante. No exagero. No he visto un culo como éste en mi vida. Un poco más arriba, sus mariposas tatuadas alrededor de su cinturita alegran mi vista.
Recuperamos el 69 de lado. Vuelvo a flipar con su manera de mamar. Sus labios hacen desaparecer mi polla por completo. Y no es pequeña. Hago lo mismo con la suya. La saco totalmente ensalivada y masturbo. Miro hacia abajo y disfruto viéndola devorar mi polla. Quiero follarme su boca. Sujeto su cabeza con mis manos y muevo mis caderas adelante y atrás. Su cara de vicio y su polla dura me dicen que está disfrutando. Me vengo arriba y me follo su boca con más fuerza. Volvemos a variar nuestras posiciones. Valeria me tumba boca arriba y se sienta en mi pecho. Me la enchufa y empieza a darme. Ahora es ella quien se crece. En esa postura, me toca abrir la boca y dejarme hacer. Me sorprende ver a Valeria con este ímpetu. Y me excita, también. Volvemos al 69 de lado. Estoy cada vez más caliente. Me follaría ese culazo ya, pero su mamada es demasiado buena para decirle que pare. Verla devorar mi polla mientras se pajea me pone a mil. Busco su agujerito con mis dedos. Los introduzco. Valeria gime con mi polla en su boca. De repente, siento mucho placer. Le pido que deje de mamar, pero es tarde. Empiezo a temblar y me corro sobre mi vientre. Valeria sujeta mi polla con su mano. La desliza por mi tronco extrayendo hasta la última gota. Me deja exhausto. Relajado y satisfecho. Ligeramente contrariado, también. Aunque suelo ser pasivo con las trans, Valeria despertó mi lado activo. Quería follarme su culazo pero su grandiosa mamada me ha desactivado. Tendrá que ser en otra ocasión. Sonriente, me acerca unas toallitas húmedas para que me limpie.
“¿Te gustan los masajes?”... me pregunta. “Claro. Me encantan”... respondo. Me tumbo boca abajo y me regala un masaje sin prisas. Se centra en mi espalda y mi culo. Lo hace bastante bien, empleando aceites. Me encanta sentir su cuerpo sobre el mío mientras se mueve. Su regalo me deja todavía más relajado. Cuando acaba, me doy la vuelta y seguimos charlando. Se muestra más abierta y me enseña algo de su persona. Al rato, me dice que nos pasamos de tiempo. Es cierto. Me ofrece ducha y acepto. Valeria me acompaña al baño, me da una toalla y se queda conmigo mientras me ducho. Seguimos conversando. Volvemos al cuarto y me visto. Mientras tanto, ella se peina para volver a estar ideal. Me acompaña a la puerta y nos despedimos con un pico.
Hay un detalle que quería destacar. Valeria mantuvo el móvil apagado durante la hora y pico que estuve con ella. Lo encendió cuando me acompañaba hasta la puerta. Unos días antes era yo quien estaba al otro lado. Llamaba y saltaba el contestador. Afortunadamente, insistí hasta lograr citarme con ella.
Conclusiones
Valeria es un monumento. Me encanta su belleza de piel morena y rasgos latinos. De verdad, es realmente difícil encontrarte ante un cuerpo como el suyo. Las experiencias que había leído sobre ella eran variadas. Lo que yo me encontré fue una chica espectacular en lo físico y muy cercana en el trato. Amable y simpática en todo momento. En el terreno sexual, morbosa y con ganas de complacer. Hubo química entre nosotros. Al menos, yo lo sentí así. En definitiva, Valeria me gustó mucho. Tanto, que intenté repetir a los cuatro días. Pero no fue posible. Era su última tarde en Mallorca y no tuvo un hueco para mí. Una lástima.
http://www.taiakashemales.com/modelos/espana/valeria7.shtml
Added on January 16, 2017 at 12:00 am