RELATO TRAVESTI: Sandra Vidal y Tassia Santos. Trio en Mallorca. Sometido por Sandra y Tassia.
Autor: badmotor2008
Esta vez no sé si seré capaz de relatar la experiencia con el nivel de detalle habitual. La razón, bien simple. La experiencia de un trío es tan intensa que por momentos uno no sabe ni donde está. No sé si me explico. La lluvia de estímulos te hace disfrutar permanentemente pero tu cerebro no es capaz de asimilar y procesar todo lo que sucede. Estas son mis impresiones antes de empezar a escribir. Confío en ir recordando lo sucedido según avance el relato. En cierto modo, siempre tengo una sensación similar.
Tras la introducción, vayamos al tema. Mucho tiempo fantaseando con un trío con dos chicas. Hace unas semanas, me lancé. Lo primero que hice, contactar con Sandra Vidal. Mi primera cita con ella fue tan buena que deseaba que Sandra estuviera en mi primer trío. Mi táctica fue proponerle dos nombres de chicas que ambos conocemos para acompañarnos en la fiesta. Me interesaba conocer su opinión y, sobre todo, ver su reacción. Todo facilidades por su parte. La chica escogida fue Tassia Santos. Ella misma se encargó de llamarla para ver si el encuentro era posible. En cuestión de minutos me confirmó que a las dos les parecía bien. Nos veríamos al día siguiente. Ahí es cuando el corazón me dio un vuelco de verdad.
Día de la cita. Último miércoles de mayo. Medio día. Confirmo una hora antes de partir hacia el lugar del encuentro. El piso de Sandra, centro de la ciudad de Palma. Excitado y nervioso a partes iguales. Conozco a las chicas y eso siempre tranquiliza. Las citas con ambas han funcionado y ha habido sintonía. Pero esto es algo nuevo. Solo de pensar en verme con dos trans a la vez me pone cardiaco. Llego al piso a la hora pactada. Tassia está de camino y Sandra me dice que puedo subir y esperar en su piso. Así lo hago. Me abre la puerta y la veo en plan ama. Corpiño negro de latex, medias negras de rejilla y tacones. Está espectacular. Maquillada, pelo suelto y uñas en rojo. Dos besos. Hablamos brevemente, le pago su parte y pido permiso para una ducha rápida. El baño, como el resto del piso, impoluto. Cuando salgo de la ducha, escucho el interfono. Tassia está subiendo. Me quedo en el dormitorio con la toalla atada a mi cintura. Ellas se saludan, lógicamente, hablan en portugués. Tassia se acerca hasta mí, me saluda y me da dos besos. Incluso vestida con ropa de calle, está que rompe. Pantalón muy corto y chanclas. Pelo suelto, labios rojos y uñas marrón oscuro. Siguen hablando entre ellas. Parece que hace bastante que no se veían. Tassia acaba de llegar de Brasil. Ha pasado unos meses allí que, por cierto, le han sentado genial. Le pago su parte. Tassia abandona su pantalón y se quita la parte de arriba, mostrándome las tetas. Más grandes que hace cuatro meses, la última vez que nos vimos. Empiezo a excitarme al ver lo que tengo ante mí. “¿Como estás?”... me pregunta Tassia. “Nervioso”... respondo yo. Acerca su mano a mi paquete, toca y sonríe. “Eso no es estar nervioso”... me dice. Estamos los tres en pie, yo entre ambas y sin saber muy bien qué hacer. Me lanzo a los pezones de Tassia. Los chupo. Apenas comenzar, Sandra se saca los suyos. Y voy directo a por ellos. Veo que bromean con lo rápido que palpita mi corazón. “¿Cómo queréis que esté?”... les digo. No he hecho tríos antes y me cuesta centrarme. Paso de unas tetas a otras. Las de Tassia, que han crecido varias tallas, son imponentes. Las de Sandra, de aspecto natural y exótico color, deliciosas. Mientras como tetas, Tassia coge mi polla, bien dura hace ya un rato, y masturba. De repente, siento que una mano empuja mi cabeza hacia abajo. Es la mano de Sandra, que muestra su negra polla con su otra mano. De momento, aún relajada. “Cómeme la polla”... me dice. Me arrodillo y la meto enterita en mi boca. Ahí es cuando empieza a crecer. ¡¡Qué disfrute sentir como coge volumen en mi boca!!
“Vamos a la cama”... dice Sandra, que parece llevar la iniciativa. Me tumba boca arriba, se sienta sobre mi cabeza y me enchufa el pollón. Sacude varias veces con fuerza provocando mis primeras arcadas. Siento que ya no hay quien las pare. Con el misil taladrando mi boca, miro de reojo y veo que Tassia coloca un condón en mi polla y se la mete en su boca. Su mamada es suave. Muy profunda. En cambio, lo mío no es una mamada. Es una follada de boca en toda regla. Comer pollón me encanta, y hacerlo mientras te hacen una mamada es la bomba. La sensación de placer es brutal. Tanto, que tengo que pedirle a Tassia que pare. Tras estar a punto de correrme, controlo la situación y acordamos seguir sin que ellas me toquen, al menos en un rato. Y sin que me chupen también, claro está. “Voy a follarte”... me suelta Sandra. “Ponte a cuatro patas y así se la chuparás a Tassia”... me dice. “Ven más atrás”... ordena Sandra ubicada a los pies de la cama. Se masturba y se coloca un condón, aunque yo me centro en la polla de Tassia, tumbada boca arriba frente a mí. De momento, su polla está en estado de relax. La notaré crecer dentro de mi boca y eso me encanta. En cuanto me introduzco su polla, Sandra me la clava. Siento como me abre el culo con su negro pollón. Hace daño y me quejo. Aunque al mismo tiempo, me pone. Y mi excitación aumenta cuando, asemás de ser enculado, la polla de Tassia es ya una barra recta que atraviesa mi garganta. Tassia se la saca y me la muestra. Golpea mis labios con ella. Sandra acerca su boca a mi oído y me suelta... “Cómete bien su polla. Hasta el fondo”. Para que así sea, empuja mi cabeza hacia delante hasta que la polla de Tassia desaparece. “Así es como lo tienes que hacer”... escucho. La sensación de estar doblemente empalado es desconocida para mí. No tengo control alguno de la situación y eso me excita aún más. “Sube el culo hacia arriba. Así no puedo follármelo bien”... suelta Sandra en ese momento. Arqueo mi espalda y levanto mi culo. Todo ello sin dejar de comer polla. Me atraganto y levanto la cabeza para coger aire, viendo mi rostro reflejado en el espejo del cabecero de la cama. También veo a Sandra dándome fuerte por detrás. “Venga, dame culo”... escucho en cuanto dejo de ofrecérselo en alto. “Dime que quieres más polla”... me susurra Sandra al oído. “Dame polla, Sandra. Dame más polla”... pido entonces. En ese momento, sus embestidas pasan a ser más potentes, haciéndome gemir. O intentándolo, porque la polla de Tassia taponando mi boca lo impide. Yo pensaba que las embestidas de Sandra estaban siendo profundas. Pero no era así. Tassia, que sigue tumbada delante de mí, apoya sus pies en mis muslos y empuja. Al hacerlo, desplaza mi culo hacia atrás, oponiéndose así a los empujones de Sandra. Ahora sus embestidas son profundas de verdad. Noto pinchazos e intento quejarme, pero no puedo. Sandra empuja mi cabeza contra Tassia aguantando la posición. “Así. Trágatela entera”... me dice. Mis arcadas no hacen que se detenga. Me atraganto y comienzo a salivar. Pongo perdida a Tassia con mis babas. Mis quejas no logran que la intensidad se rebaje. Por momentos, no sé que es más violento. La enculada de Sandra o la follada de boca de Tassia. En cualquier caso, estoy sometido por las dos y me encanta.
Momento para un cambio. Antes de ello, Tassia y yo usamos una toalla para limpiar nuestros cuerpos empapados de saliva y sudor. Todos los fluidos son básicamente míos. Me los han ido sacando en la postura anterior, encajado entre ambas hembras. Las chicas intercambian su posición y yo sigo a cuatro patas. La polla de Tassia entra en mi dilatado ojete de golpe. Ahí es cuando soy consciente del enorme calibre de Sandra. En un primer momento, las paredes de mi culo apenas ofrecen resistencia. Eso sí, noto con claridad el alcance de sus embestidas, secas y profundas. Tassia también es de follar duro y ahora es su turno. Al mismo tiempo, Sandra empuja mi cabeza con sus manos y me obliga a tragar pollón. Lo hace hasta ahogarme. Además, no se inmuta ante mis intentos de queja. Diría que incluso disfruta con ellos. La doble follada a la que me someten es brutal. Hagan lo que hagan, siempre tengo una polla que comer. Con la intensidad de sus folladas de boca, mis labios se van entumeciendo. Empiezo a tenerlos como anestesiados. “Abre bien la boca. No queremos dientes”... suelta Sandra haciendo que su negro pollón desaparezca entre mis labios. Trato de chillar, aunque sé que nada puedo hacer. Babear como un perro y disfrutar.
“Tassia está muy cachonda y quiere que te hagamos una doble penetración. Dos pollas en tu culo. ¿Te gusta la idea?”... pregunta -retóricamente- Sandra. Yo digo que sí, que me pone mucho, aunque no se si podrán. Debo confesar que la doble penetración excita y, al mismo tiempo, acojona. Sobre todo por el calibre que gasta Sandra. Poco espacio libre queda en tu culo cuando te la clava. Aún así, ellas mandan. Sandra se tumba boca arriba y ordena que me siente en su polla mirando hacia ella. Una vez encajado, hacen que me incline hacia Sandra. “Inclínate más”... dice Tassia mientras se coloca en posición de ataque a mi espalda. Para mi sorpresa, empuja y logra entrar, pero la polla de Sandra se sale enseguida quedándome “solo” con la suya. Hacemos un segundo intento en la misma posición, y el resultado acaba siendo el mismo. Las chicas no desisten. “Vamos a cambiarnos, Tassia”... dice Sandra. Ahora es Tassia quien se tumba en la cama con su barra recta apuntando al cielo. La encajo en mi culo y desciendo. Sandra empuja mi cuerpo contra Tassia y prepara su asalto. Penetra y bombea. ¡¡Tengo sus dos pollas en mi culo!! Tremendo.
La postura es compleja y cambiamos de posición. Las chicas hacen que me tumbe boca arriba. Sandra se sienta sobre mi cara y enchufa su misil. Tassia coloca un cojín en mi espalda, levanta mis piernas y me la clava. Al mismo tiempo, decide masturbarme. Lluvia de estímulos. “Abre bien la boca”... exige Sandra. Me la mete hasta el fondo. Parece que puedo con ella. Pero a Sandra le gusta empujar bien, mantener la posición y percutir sin llegar a sacarla. Ahí es cuando llegan mis dificultades para respirar. Aún así, verme en apuros me pone. La situación es de lo más morbosa. Las chicas intercambian de nuevo su posición. Misil en mi culo, barra recta en mi boca. La misma furia por parte de las dos. No hay tregua. Pollazos de Tassia en mi cara enseñándome lo dura que la tiene. Cuando no la tengo en mi garganta, mi lengua busca sus huevos y los chupa. A Tassia le gusta. Es más, se estremece cuando trabajo la sensible zona entre sus huevos y su culo. Jadea y se masturba. Sandra sigue taladrando.
En ese momento, Tassia nos deja y se va a la ducha. Me quedo con Sandra, que me pone a cuatro patas y me la clava. Sus embestidas ahora son más suaves. Yo arqueo mi espalda y ofrezco mi culo. Me masturbo. Empiezo a sentir mucho placer. “Quiero verte mientras me follas”... le digo. Me giro y mirando hacia ella y me la clava. Yo me masturbo. Parece que folla de manera más pasional ahora que me tiene solo para ella. “Dame más. Fóllame más fuerte”... suelto entonces pidiendo más caña. Sandra coge mis piernas, tira de ellas hacia arriba y hace que mi culo se separe de la cama. Saca de nuevo su vena dominante. Se nota en su mirada. Sacudidas secas y profundas que mi culo bien abierto encaja sin problemas. Mi polla está dura, me masturbo y ella sigue bombeando. Al ver como me está poniendo, embiste con más fuerza. Sabe que me queda poco para explotar. Deja caer su cuerpo sobre el mío y sigue taladrando. Chillo, chillo y chillo. Me lleva al orgasmo a base de embestidas. ¡¡Qué bueno!!
Ducha y charla final con Sandra, comentando las mejores jugadas. Quería destacar su exquisita atención en todo momento. Dos apuntes que olvidé comentar antes. El piso es pequeño, acogedor, ordenado y limpio. Finca seminueva con ascensor. La iluminación natural se anula con gruesas cortinas. La luz ambiental es confortable, aunque algo tenue para mi gusto. Por cierto, había un efecto extraño de luces en colores rojo y verde. Como estrellas pequeñas que se proyectan sobre el techo. En plan discoteca. Y había peli porno en la pantalla colgada en el lateral de la cama. Esta vez no me fijé en lo que allí se proyectaba. Me faltaban ojos para las dos chicas que tenía frente a mí.
Conclusiones sobre el trío: la experiencia es brutal. Estar entre dos chicas activas y no tener el control de la situación es algo que todo buen pasivo debe vivir. Ambas chicas han estado genial. Aunque se conocen, era el primer trío que hacían juntas, algo que podría suponer un handicap. No lo fue para ellas. Las vi muy sueltas y con gran complicidad. En algún momento hablaban en portugués, seguramente tramando lo próximo que harían conmigo. Lejos de molestarme, me excitaba no saber todo lo que se decían. En cuanto a mí, creo que el relato refleja lo mucho que disfruté. Mis nervios iniciales, que los había, se esfumaron en cuanto empezó el toqueteo. El saber hacer de ambas chicas hizo que me sintiera cómodo en todo momento. Lo menos que podía hacer era compartir esta experiencia en el foro.
Esta vez no sé si seré capaz de relatar la experiencia con el nivel de detalle habitual. La razón, bien simple. La experiencia de un trío es tan intensa que por momentos uno no sabe ni donde está. No sé si me explico. La lluvia de estímulos te hace disfrutar permanentemente pero tu cerebro no es capaz de asimilar y procesar todo lo que sucede. Estas son mis impresiones antes de empezar a escribir. Confío en ir recordando lo sucedido según avance el relato. En cierto modo, siempre tengo una sensación similar.
Tras la introducción, vayamos al tema. Mucho tiempo fantaseando con un trío con dos chicas. Hace unas semanas, me lancé. Lo primero que hice, contactar con Sandra Vidal. Mi primera cita con ella fue tan buena que deseaba que Sandra estuviera en mi primer trío. Mi táctica fue proponerle dos nombres de chicas que ambos conocemos para acompañarnos en la fiesta. Me interesaba conocer su opinión y, sobre todo, ver su reacción. Todo facilidades por su parte. La chica escogida fue Tassia Santos. Ella misma se encargó de llamarla para ver si el encuentro era posible. En cuestión de minutos me confirmó que a las dos les parecía bien. Nos veríamos al día siguiente. Ahí es cuando el corazón me dio un vuelco de verdad.
Día de la cita. Último miércoles de mayo. Medio día. Confirmo una hora antes de partir hacia el lugar del encuentro. El piso de Sandra, centro de la ciudad de Palma. Excitado y nervioso a partes iguales. Conozco a las chicas y eso siempre tranquiliza. Las citas con ambas han funcionado y ha habido sintonía. Pero esto es algo nuevo. Solo de pensar en verme con dos trans a la vez me pone cardiaco. Llego al piso a la hora pactada. Tassia está de camino y Sandra me dice que puedo subir y esperar en su piso. Así lo hago. Me abre la puerta y la veo en plan ama. Corpiño negro de latex, medias negras de rejilla y tacones. Está espectacular. Maquillada, pelo suelto y uñas en rojo. Dos besos. Hablamos brevemente, le pago su parte y pido permiso para una ducha rápida. El baño, como el resto del piso, impoluto. Cuando salgo de la ducha, escucho el interfono. Tassia está subiendo. Me quedo en el dormitorio con la toalla atada a mi cintura. Ellas se saludan, lógicamente, hablan en portugués. Tassia se acerca hasta mí, me saluda y me da dos besos. Incluso vestida con ropa de calle, está que rompe. Pantalón muy corto y chanclas. Pelo suelto, labios rojos y uñas marrón oscuro. Siguen hablando entre ellas. Parece que hace bastante que no se veían. Tassia acaba de llegar de Brasil. Ha pasado unos meses allí que, por cierto, le han sentado genial. Le pago su parte. Tassia abandona su pantalón y se quita la parte de arriba, mostrándome las tetas. Más grandes que hace cuatro meses, la última vez que nos vimos. Empiezo a excitarme al ver lo que tengo ante mí. “¿Como estás?”... me pregunta Tassia. “Nervioso”... respondo yo. Acerca su mano a mi paquete, toca y sonríe. “Eso no es estar nervioso”... me dice. Estamos los tres en pie, yo entre ambas y sin saber muy bien qué hacer. Me lanzo a los pezones de Tassia. Los chupo. Apenas comenzar, Sandra se saca los suyos. Y voy directo a por ellos. Veo que bromean con lo rápido que palpita mi corazón. “¿Cómo queréis que esté?”... les digo. No he hecho tríos antes y me cuesta centrarme. Paso de unas tetas a otras. Las de Tassia, que han crecido varias tallas, son imponentes. Las de Sandra, de aspecto natural y exótico color, deliciosas. Mientras como tetas, Tassia coge mi polla, bien dura hace ya un rato, y masturba. De repente, siento que una mano empuja mi cabeza hacia abajo. Es la mano de Sandra, que muestra su negra polla con su otra mano. De momento, aún relajada. “Cómeme la polla”... me dice. Me arrodillo y la meto enterita en mi boca. Ahí es cuando empieza a crecer. ¡¡Qué disfrute sentir como coge volumen en mi boca!!
“Vamos a la cama”... dice Sandra, que parece llevar la iniciativa. Me tumba boca arriba, se sienta sobre mi cabeza y me enchufa el pollón. Sacude varias veces con fuerza provocando mis primeras arcadas. Siento que ya no hay quien las pare. Con el misil taladrando mi boca, miro de reojo y veo que Tassia coloca un condón en mi polla y se la mete en su boca. Su mamada es suave. Muy profunda. En cambio, lo mío no es una mamada. Es una follada de boca en toda regla. Comer pollón me encanta, y hacerlo mientras te hacen una mamada es la bomba. La sensación de placer es brutal. Tanto, que tengo que pedirle a Tassia que pare. Tras estar a punto de correrme, controlo la situación y acordamos seguir sin que ellas me toquen, al menos en un rato. Y sin que me chupen también, claro está. “Voy a follarte”... me suelta Sandra. “Ponte a cuatro patas y así se la chuparás a Tassia”... me dice. “Ven más atrás”... ordena Sandra ubicada a los pies de la cama. Se masturba y se coloca un condón, aunque yo me centro en la polla de Tassia, tumbada boca arriba frente a mí. De momento, su polla está en estado de relax. La notaré crecer dentro de mi boca y eso me encanta. En cuanto me introduzco su polla, Sandra me la clava. Siento como me abre el culo con su negro pollón. Hace daño y me quejo. Aunque al mismo tiempo, me pone. Y mi excitación aumenta cuando, asemás de ser enculado, la polla de Tassia es ya una barra recta que atraviesa mi garganta. Tassia se la saca y me la muestra. Golpea mis labios con ella. Sandra acerca su boca a mi oído y me suelta... “Cómete bien su polla. Hasta el fondo”. Para que así sea, empuja mi cabeza hacia delante hasta que la polla de Tassia desaparece. “Así es como lo tienes que hacer”... escucho. La sensación de estar doblemente empalado es desconocida para mí. No tengo control alguno de la situación y eso me excita aún más. “Sube el culo hacia arriba. Así no puedo follármelo bien”... suelta Sandra en ese momento. Arqueo mi espalda y levanto mi culo. Todo ello sin dejar de comer polla. Me atraganto y levanto la cabeza para coger aire, viendo mi rostro reflejado en el espejo del cabecero de la cama. También veo a Sandra dándome fuerte por detrás. “Venga, dame culo”... escucho en cuanto dejo de ofrecérselo en alto. “Dime que quieres más polla”... me susurra Sandra al oído. “Dame polla, Sandra. Dame más polla”... pido entonces. En ese momento, sus embestidas pasan a ser más potentes, haciéndome gemir. O intentándolo, porque la polla de Tassia taponando mi boca lo impide. Yo pensaba que las embestidas de Sandra estaban siendo profundas. Pero no era así. Tassia, que sigue tumbada delante de mí, apoya sus pies en mis muslos y empuja. Al hacerlo, desplaza mi culo hacia atrás, oponiéndose así a los empujones de Sandra. Ahora sus embestidas son profundas de verdad. Noto pinchazos e intento quejarme, pero no puedo. Sandra empuja mi cabeza contra Tassia aguantando la posición. “Así. Trágatela entera”... me dice. Mis arcadas no hacen que se detenga. Me atraganto y comienzo a salivar. Pongo perdida a Tassia con mis babas. Mis quejas no logran que la intensidad se rebaje. Por momentos, no sé que es más violento. La enculada de Sandra o la follada de boca de Tassia. En cualquier caso, estoy sometido por las dos y me encanta.
Momento para un cambio. Antes de ello, Tassia y yo usamos una toalla para limpiar nuestros cuerpos empapados de saliva y sudor. Todos los fluidos son básicamente míos. Me los han ido sacando en la postura anterior, encajado entre ambas hembras. Las chicas intercambian su posición y yo sigo a cuatro patas. La polla de Tassia entra en mi dilatado ojete de golpe. Ahí es cuando soy consciente del enorme calibre de Sandra. En un primer momento, las paredes de mi culo apenas ofrecen resistencia. Eso sí, noto con claridad el alcance de sus embestidas, secas y profundas. Tassia también es de follar duro y ahora es su turno. Al mismo tiempo, Sandra empuja mi cabeza con sus manos y me obliga a tragar pollón. Lo hace hasta ahogarme. Además, no se inmuta ante mis intentos de queja. Diría que incluso disfruta con ellos. La doble follada a la que me someten es brutal. Hagan lo que hagan, siempre tengo una polla que comer. Con la intensidad de sus folladas de boca, mis labios se van entumeciendo. Empiezo a tenerlos como anestesiados. “Abre bien la boca. No queremos dientes”... suelta Sandra haciendo que su negro pollón desaparezca entre mis labios. Trato de chillar, aunque sé que nada puedo hacer. Babear como un perro y disfrutar.
“Tassia está muy cachonda y quiere que te hagamos una doble penetración. Dos pollas en tu culo. ¿Te gusta la idea?”... pregunta -retóricamente- Sandra. Yo digo que sí, que me pone mucho, aunque no se si podrán. Debo confesar que la doble penetración excita y, al mismo tiempo, acojona. Sobre todo por el calibre que gasta Sandra. Poco espacio libre queda en tu culo cuando te la clava. Aún así, ellas mandan. Sandra se tumba boca arriba y ordena que me siente en su polla mirando hacia ella. Una vez encajado, hacen que me incline hacia Sandra. “Inclínate más”... dice Tassia mientras se coloca en posición de ataque a mi espalda. Para mi sorpresa, empuja y logra entrar, pero la polla de Sandra se sale enseguida quedándome “solo” con la suya. Hacemos un segundo intento en la misma posición, y el resultado acaba siendo el mismo. Las chicas no desisten. “Vamos a cambiarnos, Tassia”... dice Sandra. Ahora es Tassia quien se tumba en la cama con su barra recta apuntando al cielo. La encajo en mi culo y desciendo. Sandra empuja mi cuerpo contra Tassia y prepara su asalto. Penetra y bombea. ¡¡Tengo sus dos pollas en mi culo!! Tremendo.
La postura es compleja y cambiamos de posición. Las chicas hacen que me tumbe boca arriba. Sandra se sienta sobre mi cara y enchufa su misil. Tassia coloca un cojín en mi espalda, levanta mis piernas y me la clava. Al mismo tiempo, decide masturbarme. Lluvia de estímulos. “Abre bien la boca”... exige Sandra. Me la mete hasta el fondo. Parece que puedo con ella. Pero a Sandra le gusta empujar bien, mantener la posición y percutir sin llegar a sacarla. Ahí es cuando llegan mis dificultades para respirar. Aún así, verme en apuros me pone. La situación es de lo más morbosa. Las chicas intercambian de nuevo su posición. Misil en mi culo, barra recta en mi boca. La misma furia por parte de las dos. No hay tregua. Pollazos de Tassia en mi cara enseñándome lo dura que la tiene. Cuando no la tengo en mi garganta, mi lengua busca sus huevos y los chupa. A Tassia le gusta. Es más, se estremece cuando trabajo la sensible zona entre sus huevos y su culo. Jadea y se masturba. Sandra sigue taladrando.
En ese momento, Tassia nos deja y se va a la ducha. Me quedo con Sandra, que me pone a cuatro patas y me la clava. Sus embestidas ahora son más suaves. Yo arqueo mi espalda y ofrezco mi culo. Me masturbo. Empiezo a sentir mucho placer. “Quiero verte mientras me follas”... le digo. Me giro y mirando hacia ella y me la clava. Yo me masturbo. Parece que folla de manera más pasional ahora que me tiene solo para ella. “Dame más. Fóllame más fuerte”... suelto entonces pidiendo más caña. Sandra coge mis piernas, tira de ellas hacia arriba y hace que mi culo se separe de la cama. Saca de nuevo su vena dominante. Se nota en su mirada. Sacudidas secas y profundas que mi culo bien abierto encaja sin problemas. Mi polla está dura, me masturbo y ella sigue bombeando. Al ver como me está poniendo, embiste con más fuerza. Sabe que me queda poco para explotar. Deja caer su cuerpo sobre el mío y sigue taladrando. Chillo, chillo y chillo. Me lleva al orgasmo a base de embestidas. ¡¡Qué bueno!!
Ducha y charla final con Sandra, comentando las mejores jugadas. Quería destacar su exquisita atención en todo momento. Dos apuntes que olvidé comentar antes. El piso es pequeño, acogedor, ordenado y limpio. Finca seminueva con ascensor. La iluminación natural se anula con gruesas cortinas. La luz ambiental es confortable, aunque algo tenue para mi gusto. Por cierto, había un efecto extraño de luces en colores rojo y verde. Como estrellas pequeñas que se proyectan sobre el techo. En plan discoteca. Y había peli porno en la pantalla colgada en el lateral de la cama. Esta vez no me fijé en lo que allí se proyectaba. Me faltaban ojos para las dos chicas que tenía frente a mí.
Conclusiones sobre el trío: la experiencia es brutal. Estar entre dos chicas activas y no tener el control de la situación es algo que todo buen pasivo debe vivir. Ambas chicas han estado genial. Aunque se conocen, era el primer trío que hacían juntas, algo que podría suponer un handicap. No lo fue para ellas. Las vi muy sueltas y con gran complicidad. En algún momento hablaban en portugués, seguramente tramando lo próximo que harían conmigo. Lejos de molestarme, me excitaba no saber todo lo que se decían. En cuanto a mí, creo que el relato refleja lo mucho que disfruté. Mis nervios iniciales, que los había, se esfumaron en cuanto empezó el toqueteo. El saber hacer de ambas chicas hizo que me sintiera cómodo en todo momento. Lo menos que podía hacer era compartir esta experiencia en el foro.
Added on February 09, 2017 at 12:00 am