RELATO TRAVESTI: Masajista en Valencia - Una excitacion mutua con una gran travesti
Autor: Rafeta69
Voy a contar un segundo relato de mi segunda y última experiencia con un travesti, que menciono en mi anterior relato "mi primera polla".
Como ya he contado antes, mi experiencia con travestis es muy reducida. Mi primer encuentro fue con Roberta Rodrigues y ya hacia un par de años que no había tenido ninguna experiencia más porque tampoco la había necesitado en ese momento, pero últimamente tenía ganas de volver a sentir la grata sensación de ver una travesti desnuda cerca de mí y poder hacer sexo oral con ella. Me excitaba tanto acordarme cuando tenía en mi boca el pene de Roberta que quería probar nuevas sensaciones, así que pensé en tener otro encuentro pero quería que fuera un poco más tranquilo que el anterior, tan solo un momento "tántrico", pero la experiencia fue diferente e inolvidable.
Así pues recordaba haber visto en taiaka algunos travestis que hacían masajes. Pensé que podía ser una sensación muy sensual si un travesti me hacía un masaje totalmente desnuda y pudiera ver, tocar y sentir de nuevo una polla cerca. Lo malo era que todas las masajistas estaban en Madrid, por lo que tuve que buscar en anuncios por mi zona para ver si tenía suerte. Buscando anuncios encontré tres masajistas y me decante por una de ellas. Ninguna de las tres tenia referencias en otros foros y solo estaban en mi ciudad, así que me decante por las fotos más femeninas y llame por teléfono para tener una cita. Quedamos un día cualquiera por la tarde, me ducho y acudo al lugar en mi propia ciudad, muy alejado de la zona donde habito lo cual me tranquilizaba. Buscar en mi ciudad era algo que no me hacía demasiada gracia porque siempre tengo estúpidas paranoias sobre encontrármela algún día que estuviera con mi pareja, pero decidí no pensar demasiado.
Estaba nervioso de nuevo, parece que no llegaba a acostumbrarme a este tipo de cosas, aunque esta vez menos que con Roberta. Cuando llegue, me encontré la puerta abierta y alguien por detrás que me decía que pasara. Al entrar me encontré a la chica de las fotos, por lo que me tranquilice bastante, aunque no tenía el cuerpo tan femenino como Roberta, sin pechos y no tantas curvas, pero la cara era una preciosidad.
Ella llevaba un hermoso sujetador con un tanga a juego y una bata semitransparente. Habíamos quedado en un masaje totalmente desnudos por lo que imaginaba que no tardaría en verla en todo su esplendor. Pasamos a una habitación donde había una cama con varias toallas encima del colchón, le pregunte por la camilla de masajes y me explico que se acababa de mudar a valencia por su cuenta y estaba buscando todavía una, pero que no me preocupara que trataríamos de hacer el masaje lo mas cómodo posible. Seguidamente me pidió que me desnudara y me tumbara boca abajo mientras ella también se ponía cómoda. Se le notaba que la pregunta no le había hecho mucha gracia o que no tenía un buen día porque lo contestaba en un tono más bien seco.
Me quite toda mi ropa y me tumbe, mientras miraba de reojo como ella se estaba desvistiendo. Al quitarse el sujetador observe que sí que tenía tetas, pero al parecer en pleno proceso de hormonación debí pensar, porque eran como las de una niña pequeña. Después se quitó el tanga y me quede sorprendido, era mucho más ancha que la polla de Roberta y en estado de relajación tenía ya unas buenas dimensiones. En ese momento sentí por debajo que me estaba excitando tan solo de verla, así que intente calmarme un poco. Seguidamente ella empezó a masajearme toda la parte trasera. Durante unos minutos yo miraba de reojo su cuerpo mientras ella masajeaba mi espalda. Su polla mantenía el mismo tono que cuando había empezado y yo tenía ganas de verla en erección pero no quería ir muy rápido a la hora de empezar con el tema. Quería disfrutar con el masaje que estaba realizando, lo hacía bastante bien y mi pene se debatía entre mis ganas de no ir tan rápido y la excitación del momento.
Cuando se acercó un poco a mí, decidí sacar mi mano y empezar a masajearle cuando podía las piernas y su trasero, sin llegar a tocarle el pene. Su piel olía muy bien y estaba muy suave. Al rato de masajearla, ella empezó a masajearme las nalgas, poniéndome mas aceite y apretando con presión sin hacerme daño. Cuando estuvo un rato con ese masaje, volví a mirar de reojo y me sorprendí:
Su pene estaba totalmente erecto!
Ya no pude apartar la visión de aquello, era mucho más grande que el de Roberta y aunque no lo tenía como un caballo podía estar bastante orgullosa de lo que tenía entre las piernas. El capullo, rosado y brillante, estaba hinchadísimo, coronando un miembro grande y largo totalmente depilado con un color muy hermoso de piel, dorado y semioscuro. Un pene realmente muy bonito. Mientras seguía observando su pene, ella empezó a masajearme suavemente el ano. Y a pasar la mano también por mis huevos. Con mucha elegancia pasaba la yema de dos o tres dedos entre mi ano y los huevos, y volvía otra vez. Mi pene ya estaba en estado de máxima excitación y ella lo sabía porque lo cogió un par de veces por detrás y lo agarro fuertemente.
La situación cada vez empezaba a ser más y más excitante. Observe que su pene estaba mojándose por la punta, con pequeños fluidos transparentes que lo adornaban, señal que a ella le estaba excitando mucho ese momento, lo cual a su vez me estaba excitando a mi todavía mas ... y lo que siguió aun me hizo estallar. Ella me dijo que había terminado el masaje y se tumbó a mi lado abriendo las piernas y me dijo
- ¿Quieres tocarla?
La cogí con las dos manos, estaba como una piedra y ella quería que la tocara. Empecé a masajearla poco a poco y le pedí si se podía poner un condón porque me encantaría chuparle todo eso. Cuando se lo dije se le iluminaron los ojos y se lo puso enseguida. Acerco su cuerpo a mi cara y yo la metí en mi boca. ¡¡ Que ancha era, era una maravilla!!.Estuve un rato mamándosela y ella jadeaba poco a poco. No podía pensar que estaba fingiendo con lo duro que estaba lo que tenía dentro de mi boca. Relamía con mi lengua su capullo mientras me la metía para dentro y para fuera. Ella adopto otra postura para poder hacer lo mismo conmigo. Me puso el condón con la boca y empezó a chupármela poco a poco. ¡Oh dios cuanto placer! Yo le cogía sus nalgas, que estaban duras como piedras (si, esta chica también era brasileña)
Pasado un rato, me susurro que quería follarme, ante lo cual me negué porque no me sentía preparado y no buscaba follar en ese momento. Me sorprendió porque me pidió si podía masajearme el ano con su pene ¿?¿? sin penetración. Le dije que sin problemas, que adelante. Puso de nuevo aceite en todo mi culo y utilizo mis nalgas como si le estuviera haciendo una cubana con ellas. Parecía como si me estuviera follando, pero nunca llegaba a metérmela, aunque a veces pasaba presionando con el capullo mi ano y eso me excitaba muchísimo.
Al final no podía aguantar más y le pedí que termináramos con un 69 mutuo, me dijo -"si, yo no puedo más tampoco, mi nene" , por lo que empezamos. No parábamos de meternos y sacarnos nuestros penes sin parar, necesitábamos explotar los dos y lo notábamos, estábamos excitadísimos y nuestra leche buscaba salir de nuestras reservas. Me pregunto si quería notar su leche en mi cara y le dije que no, prefería ver como salía, así que nos pusimos a masturbarnos el uno y el otro tumbados hacia arriba y nos quitamos el condón, hasta que explotamos a la vez, aquello fue sensacional. A mí en ese momento me daba vergüenza, yo había tirado leche, pero ella había tirado casi un litro en su estómago.
Empecé a pensar que aun siendo una chica profesional, aquella experiencia le debía haber excitado muchísimo. Quizás le había excitado yo, no lo sé, pero a veces cuando lo pienso creo que ella se lo paso mucho mejor que yo. Después de estar un rato tranquilizándonos y jadeando, me ofreció ducharme con ella para quitarnos todo aquello, así que nos fuimos a la ducha y nos quitamos mutuamente toda aquella leche. Hablamos un rato. Ella intentaba ponerse el tanga después de ducharse pero aun mantenía parte de la erección y se le salía por todos lados. Como podía mantenerse semierecta después de una ducha?, yo ya la tenía toda bajada. Al final opto por no metérsela entre las piernas y tenía ante mí una chica con un bulto considerable en su tanguita. Tengo aun esa imagen en mi mente
Le pague y me fui muy contento, acababa de tener otra excitante experiencia que hasta hoy en día es la última. Me fui muy contento porque la situación había sido curiosa y no me esperaba que se excitara tanto sin tan siquiera haberle hecho yo nada. Un día la volví a llamar pero ya no estaba en valencia, y de esto fue hará un año y medio, ya no la he vuelto a ver anunciada en mi ciudad, lo cual es una pena porque me hubiera gustado volver a tener una experiencia con ella.
Hoy en día me apetece volver a tener una experiencia parecida, pero todavía no me he decidido, aunque estoy seguro que ya no tardare mucho tiempo.
Muchas gracias por leerme y por darnos a los usuarios la oportunidad de contar nuestros relatos.
Voy a contar un segundo relato de mi segunda y última experiencia con un travesti, que menciono en mi anterior relato "mi primera polla".
Como ya he contado antes, mi experiencia con travestis es muy reducida. Mi primer encuentro fue con Roberta Rodrigues y ya hacia un par de años que no había tenido ninguna experiencia más porque tampoco la había necesitado en ese momento, pero últimamente tenía ganas de volver a sentir la grata sensación de ver una travesti desnuda cerca de mí y poder hacer sexo oral con ella. Me excitaba tanto acordarme cuando tenía en mi boca el pene de Roberta que quería probar nuevas sensaciones, así que pensé en tener otro encuentro pero quería que fuera un poco más tranquilo que el anterior, tan solo un momento "tántrico", pero la experiencia fue diferente e inolvidable.
Así pues recordaba haber visto en taiaka algunos travestis que hacían masajes. Pensé que podía ser una sensación muy sensual si un travesti me hacía un masaje totalmente desnuda y pudiera ver, tocar y sentir de nuevo una polla cerca. Lo malo era que todas las masajistas estaban en Madrid, por lo que tuve que buscar en anuncios por mi zona para ver si tenía suerte. Buscando anuncios encontré tres masajistas y me decante por una de ellas. Ninguna de las tres tenia referencias en otros foros y solo estaban en mi ciudad, así que me decante por las fotos más femeninas y llame por teléfono para tener una cita. Quedamos un día cualquiera por la tarde, me ducho y acudo al lugar en mi propia ciudad, muy alejado de la zona donde habito lo cual me tranquilizaba. Buscar en mi ciudad era algo que no me hacía demasiada gracia porque siempre tengo estúpidas paranoias sobre encontrármela algún día que estuviera con mi pareja, pero decidí no pensar demasiado.
Estaba nervioso de nuevo, parece que no llegaba a acostumbrarme a este tipo de cosas, aunque esta vez menos que con Roberta. Cuando llegue, me encontré la puerta abierta y alguien por detrás que me decía que pasara. Al entrar me encontré a la chica de las fotos, por lo que me tranquilice bastante, aunque no tenía el cuerpo tan femenino como Roberta, sin pechos y no tantas curvas, pero la cara era una preciosidad.
Ella llevaba un hermoso sujetador con un tanga a juego y una bata semitransparente. Habíamos quedado en un masaje totalmente desnudos por lo que imaginaba que no tardaría en verla en todo su esplendor. Pasamos a una habitación donde había una cama con varias toallas encima del colchón, le pregunte por la camilla de masajes y me explico que se acababa de mudar a valencia por su cuenta y estaba buscando todavía una, pero que no me preocupara que trataríamos de hacer el masaje lo mas cómodo posible. Seguidamente me pidió que me desnudara y me tumbara boca abajo mientras ella también se ponía cómoda. Se le notaba que la pregunta no le había hecho mucha gracia o que no tenía un buen día porque lo contestaba en un tono más bien seco.
Me quite toda mi ropa y me tumbe, mientras miraba de reojo como ella se estaba desvistiendo. Al quitarse el sujetador observe que sí que tenía tetas, pero al parecer en pleno proceso de hormonación debí pensar, porque eran como las de una niña pequeña. Después se quitó el tanga y me quede sorprendido, era mucho más ancha que la polla de Roberta y en estado de relajación tenía ya unas buenas dimensiones. En ese momento sentí por debajo que me estaba excitando tan solo de verla, así que intente calmarme un poco. Seguidamente ella empezó a masajearme toda la parte trasera. Durante unos minutos yo miraba de reojo su cuerpo mientras ella masajeaba mi espalda. Su polla mantenía el mismo tono que cuando había empezado y yo tenía ganas de verla en erección pero no quería ir muy rápido a la hora de empezar con el tema. Quería disfrutar con el masaje que estaba realizando, lo hacía bastante bien y mi pene se debatía entre mis ganas de no ir tan rápido y la excitación del momento.
Cuando se acercó un poco a mí, decidí sacar mi mano y empezar a masajearle cuando podía las piernas y su trasero, sin llegar a tocarle el pene. Su piel olía muy bien y estaba muy suave. Al rato de masajearla, ella empezó a masajearme las nalgas, poniéndome mas aceite y apretando con presión sin hacerme daño. Cuando estuvo un rato con ese masaje, volví a mirar de reojo y me sorprendí:
Su pene estaba totalmente erecto!
Ya no pude apartar la visión de aquello, era mucho más grande que el de Roberta y aunque no lo tenía como un caballo podía estar bastante orgullosa de lo que tenía entre las piernas. El capullo, rosado y brillante, estaba hinchadísimo, coronando un miembro grande y largo totalmente depilado con un color muy hermoso de piel, dorado y semioscuro. Un pene realmente muy bonito. Mientras seguía observando su pene, ella empezó a masajearme suavemente el ano. Y a pasar la mano también por mis huevos. Con mucha elegancia pasaba la yema de dos o tres dedos entre mi ano y los huevos, y volvía otra vez. Mi pene ya estaba en estado de máxima excitación y ella lo sabía porque lo cogió un par de veces por detrás y lo agarro fuertemente.
La situación cada vez empezaba a ser más y más excitante. Observe que su pene estaba mojándose por la punta, con pequeños fluidos transparentes que lo adornaban, señal que a ella le estaba excitando mucho ese momento, lo cual a su vez me estaba excitando a mi todavía mas ... y lo que siguió aun me hizo estallar. Ella me dijo que había terminado el masaje y se tumbó a mi lado abriendo las piernas y me dijo
- ¿Quieres tocarla?
La cogí con las dos manos, estaba como una piedra y ella quería que la tocara. Empecé a masajearla poco a poco y le pedí si se podía poner un condón porque me encantaría chuparle todo eso. Cuando se lo dije se le iluminaron los ojos y se lo puso enseguida. Acerco su cuerpo a mi cara y yo la metí en mi boca. ¡¡ Que ancha era, era una maravilla!!.Estuve un rato mamándosela y ella jadeaba poco a poco. No podía pensar que estaba fingiendo con lo duro que estaba lo que tenía dentro de mi boca. Relamía con mi lengua su capullo mientras me la metía para dentro y para fuera. Ella adopto otra postura para poder hacer lo mismo conmigo. Me puso el condón con la boca y empezó a chupármela poco a poco. ¡Oh dios cuanto placer! Yo le cogía sus nalgas, que estaban duras como piedras (si, esta chica también era brasileña)
Pasado un rato, me susurro que quería follarme, ante lo cual me negué porque no me sentía preparado y no buscaba follar en ese momento. Me sorprendió porque me pidió si podía masajearme el ano con su pene ¿?¿? sin penetración. Le dije que sin problemas, que adelante. Puso de nuevo aceite en todo mi culo y utilizo mis nalgas como si le estuviera haciendo una cubana con ellas. Parecía como si me estuviera follando, pero nunca llegaba a metérmela, aunque a veces pasaba presionando con el capullo mi ano y eso me excitaba muchísimo.
Al final no podía aguantar más y le pedí que termináramos con un 69 mutuo, me dijo -"si, yo no puedo más tampoco, mi nene" , por lo que empezamos. No parábamos de meternos y sacarnos nuestros penes sin parar, necesitábamos explotar los dos y lo notábamos, estábamos excitadísimos y nuestra leche buscaba salir de nuestras reservas. Me pregunto si quería notar su leche en mi cara y le dije que no, prefería ver como salía, así que nos pusimos a masturbarnos el uno y el otro tumbados hacia arriba y nos quitamos el condón, hasta que explotamos a la vez, aquello fue sensacional. A mí en ese momento me daba vergüenza, yo había tirado leche, pero ella había tirado casi un litro en su estómago.
Empecé a pensar que aun siendo una chica profesional, aquella experiencia le debía haber excitado muchísimo. Quizás le había excitado yo, no lo sé, pero a veces cuando lo pienso creo que ella se lo paso mucho mejor que yo. Después de estar un rato tranquilizándonos y jadeando, me ofreció ducharme con ella para quitarnos todo aquello, así que nos fuimos a la ducha y nos quitamos mutuamente toda aquella leche. Hablamos un rato. Ella intentaba ponerse el tanga después de ducharse pero aun mantenía parte de la erección y se le salía por todos lados. Como podía mantenerse semierecta después de una ducha?, yo ya la tenía toda bajada. Al final opto por no metérsela entre las piernas y tenía ante mí una chica con un bulto considerable en su tanguita. Tengo aun esa imagen en mi mente
Le pague y me fui muy contento, acababa de tener otra excitante experiencia que hasta hoy en día es la última. Me fui muy contento porque la situación había sido curiosa y no me esperaba que se excitara tanto sin tan siquiera haberle hecho yo nada. Un día la volví a llamar pero ya no estaba en valencia, y de esto fue hará un año y medio, ya no la he vuelto a ver anunciada en mi ciudad, lo cual es una pena porque me hubiera gustado volver a tener una experiencia con ella.
Hoy en día me apetece volver a tener una experiencia parecida, pero todavía no me he decidido, aunque estoy seguro que ya no tardare mucho tiempo.
Muchas gracias por leerme y por darnos a los usuarios la oportunidad de contar nuestros relatos.
Added on May 26, 2017 at 12:00 am